viernes, diciembre 22, 2006

Alianza de contradicciones

Se ha presentado en el Estambul de Orhan Pamuk el informe sobre la Alianza de las Civilizaciones. El extenso documento – de treinta y nueve páginas, todavía no traducido al español- ha sido auspiciado por Naciones Unidas, con el patrocinio de los gobiernos de España y Turquía, y ha contado en su elaboración con un numeroso grupo de expertos –el denominado GAN, Grupo de Alto Nivel- compuesto en su mayoría por bienintencionados, pero también por algunos lobos con piel de cordero. El texto, como no podía ser de otra forma viniendo de ese organismo internacional, es un compendio de tópicos, lugares comunes, utopías y buenos deseos, resumidos en unas recomendaciones centradas en la educación, la juventud, la inmigración y la actuación de los medios de comunicación (para quienes se recomiendan unos peligrosos códigos de conducta inspirados por la voluntad de restringir la libertad de expresión precisamente allí donde existe).

Con el ánimo de establecer puentes en un mundo dividido, el GAN resume la raison d´etre del documento en la voluntad de respetar la diversidad cultural y religiosa. Claro está que ese respeto queda en entredicho cuando uno de los patrocinadores del engendro –el premier turco Erdogan- ha anunciado ya que no estará en su tierra para recibir al Papa en la visita que Benedicto XVI cursará a Turquía a finales de este mes de noviembre. El desaire –que recuerda la huída de un vicepresidente español a la Rumanía del conducator Ceaucescu cuando la visita de Reagan- no sólo es una afrenta al Papa, sino sobre todo a la minoría cristiana turca. Y es que esa es otra de las graves contradicciones en las que cae el documento: se recomienda el respeto a las minorías, pero no parece realmente que se predique con el ejemplo en el caso kurdo ni tampoco con el aislamiento impuesto en la parte turca de Chipre que tanto está dificultando –junto al espinoso tema del respeto a los derechos humanos- el avance de las negociaciones para el ingreso de Turquía en la UE.

Son muy numerosas las apelaciones que realiza el documento a la paz, la coexistencia pacífica y al consenso entre las naciones, pero mal casa la presencia de Jatami en el grupo de expertos cuando su presidente, Ahmadineyad, defiende, el mismo día de la presentación del documento sobre la Alianza de Civilizaciones, que "Israel debe ser borrada del mapa". Con ese respaldo, ya pueden imaginar la eficacia que puede llegar a tener este texto, huérfano de apoyo de líderes mundiales que han dado la espalda a este estrambote, monumento a la vana palabrería. Y es que el problema de fondo reside en el deliberado error de otorgar un régimen de igualdad a situaciones que son desiguales, pero pretendiendo igualar a costa de quienes defienden valores inspirados en la libertad y la democracia.

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