martes, febrero 28, 2006

El discurso


28-F, Día de Andalucía. Después de la entrega de las medallas y títulos de hijos predilectos, Chaves se dirige a los presentes utilizando el lenguaje "no sexista" que la Junta quiere imponer a espaldas de la Real Academia. A Helmut Kohl le hicieron una Navidad la faena de retransmitir el discurso navideño del año anterior, pero los espectadores se dieron cuenta. Chaves nos repite este año el mismo discurso que pronuncia desde hace ya lustros, enfangado en la autocomplacencia que justifica la posición de Andalucía a la cola de las regiones de la Europa a 25. Pero quien le escuche por vez primera -el sabio persa recién llegado a nuestra tierra- bien pudiera pensar que no habla de Andalucía, sino de Baviera o de la hanseática ciudad de Hamburgo. ¿Pasará algún día factura este autismo recalcitrante?

jueves, febrero 23, 2006

La verdad


Citaba a Machado el profesor Vázquez Medel –Presidente del Consejo Audiovisual de Andalucía- en su reciente conferencia en la Fundación Antares cuando advertía de la necesidad de buscar juntos la Verdad, rechazando así alguna imputación dirigida al organismo regulador que preside relativa a la eventual restricción que el ejercicio de sus funciones pueda suponer a la libertad de expresión. En esto, como en otros muchas cosas, nos movemos por impulso de la febril actividad del legislador autonómico catalán que, adelantándose al marcado carácter intervencionista del Estatuto, establece una prolija regulación del sector audiovisual, incluyendo un no menos peligroso capítulo sancionador que puede llevar a la retirada de la licencia al medio que no respete el siempre difuso principio de veracidad. Como la composición de estos organismos administrativos viene determinada por los partidos, es lógico que entre quienes observamos el discurrir de la actividad política nos asalte la duda de si la verdadera función de estos organismos puede derivar en una censura que suponga, en suma, una restricción a la libertad de expresar libremente los pensamientos, ideas y opiniones. Y dado que el órgano regulador catalán ha puesto ya en su punto de mira a la COPE (incómoda para algunos y no precisamente por faltar a la verdad), la cándida duda se torna en certeza y permite afirmar que este tipo de órganos, convenientemente teledirigidos, pueden dar al traste con los derechos y libertades fundamentales que dicen proteger.

Mi curiosidad después de la conferencia me llevó a realizar un análisis de la situación en algunos de los países miembros de la Unión Europea. Y es cierto que todos los organismos reguladores tienen facultades sancionadoras, pero, por regla general, cuando la actuación de un medio sea contraria a los derechos y libertades fundamentales, la capacidad sancionadora se reserva a los tribunales de Justicia. Así ocurre en Francia con el Conseil Supérieur de l´Audiovisuél y con el ALM alemán. En otros organismos reguladores –la OFCOM británica- el punto de mira no está tanto en la veracidad como en el necesario pluralismo de los medios (una reciente decisión sanciona a la cadena Bloomberg por su falta de imparcialidad en una campaña electoral). Y el órgano regulador italiano -Autoritá per le Garanzie nelle Comunicazioni- centra su actividad en impedir los abusos de posiciones de dominio.

Así las cosas, si el organismo regulador andaluz centra su actividad en devolver a los medios públicos andaluces un pluralismo informativo que nunca han tenido, en impedir abusos de posición de dominio en el mercado o en evitar las ayudas públicas incompatibles a los medios de comunicación primados por la Administración autonómica, no podrá decirse que le falte trabajo.

domingo, febrero 19, 2006

Abu Dada


Lamento mucho decirlo, pero yo no entiendo el radical cambio de opinión de la Fiscalía del Tribunal Supremo en relación con la sentencia recurrida que condenó a Abu Dada. Afirma ahora la Fiscalía -en un sospechoso cambio de criterio- que respecto de determinados delitos no existen pruebas y que, consecuentemente, pedirán ahora una reducción de la condena para mayor contento del terrorista. ¿A qué responde esta llamativa disparidad de criterio? ¿Por qué unos fiscales de la Audiencia vieron en la conducta del reo motivos suficientes para pedir condenas milenarias y ahora se afirma lo contrario? ¿ Quién teme a Abu Dada?

Definitivamente, hay quien está jugando con fuego por ponerse siempre en manos de terroristas. ¿Se imaginan que Dada insinuara alguna colaboración especial en el 11-M? Pues eso.

Abu Dada


Lamento mucho decirlo, pero yo no entiendo el radical cambio de opinión de la Fiscalía del Tribunal Supremo en relación con la sentencia recurrida que condenó a Abu Dada. Afirma ahora la Fiscalía -en un sospechoso cambio de criterio- que respecto de determinados delitos no existen pruebas y que, consecuentemente, pedirán ahora una reducción de la condena para mayor contento del terrorista. ¿A qué responde esta llamativa disparidad de criterio? ¿Por qué unos fiscales de la Audiencia vieron en la conducta del reo motivos suficientes para pedir condenas milenarias y ahora se afirma lo contrario? ¿ Quién teme a Abu Dada?

Definitivamente, hay quien está jugando con fuego por ponerse siempre en manos de terroristas. ¿Se imaginan que Dada insinuara alguna colaboración especial en el 11-M? Pues eso.

miércoles, febrero 15, 2006

Destino soñado


Decía mi abuelo Alois –bávaro, católico y liberal- que Dios era infinitamente bueno, pero que su personal de tierra dejaba mucho que desear. Yo espero que la chanza del abuelo no incomode a mi querido cura Javierre, que es el santo al que yo me encomiendo cada vez que llega el vencimiento de esta letra a siete días vista que supone mi colaboración en EL MUNDO, pero visto el nombramiento de don Francisco Vázquez como nuevo Embajador de España ante la Santa Sede está claro que precisamente la incomodidad se ha convertido en un nuevo criterio de selección a la hora de designar embajadores políticos. No ha pasado desapercibido que en el nombramiento mucho ha tenido que ver su sistemática defensa de una idea de España que hoy se considera excesivamente ortodoxa frente a políticas de su propio partido que pretenden alterar el concepto de Nación como patria común e indivisible de todos los españoles, frase que resulta hoy molesta, pero que está en la Constitución y no puede ser anulada por pactos nocturnos.

Don Francisco ocupará el palacio de la Piazza di Spagna, lugar donde se encuentra la legación española ante la Santa Sede, justo enfrente de la conocida escalinata de Specchi, y pasará allí, alejado del mundanal ruido patrio, magníficas mañanas de café con curiales e inolvidables tardes de chocolate y magdalenas con los príncipes de la Iglesia. No puede imaginarse el afortunado Vázquez cómo le envidio, que tengo dicho que mi puesto soñado en la Administración del Estado no es otro que el que a él le ha tocado en suerte. Dice Zapatero que espera que Pacovázquez haga una buena labor diplomática al frente de la legación, cuando en realidad de quien depende el éxito de la misión es del propio Presidente y de que modere la política de radical laicismo que tanto enoja en Roma, reveladora de la férrea voluntad de dificultar las ya de por sí complejas relaciones Iglesia-Estado. En lo que dependa de don Francisco seguro que hará una formidable labor y que la próxima vez que vaya la Vicepresidenta al Vaticano a quejarse de la Cope, le recibirá, por los buenos oficios del Embajador, alguien de más rango que el curita -joven promesa de la Curia vaticana- que le atendió en su primera visita.

Pero de quien nadie habla es del cesado don Jorge Dezcallar. Algún rumor lo sitúa ya en las negociaciones con la banda terrorista. Cualidades no le faltan a quien dirigió el CNI y, además, cumple un requisito apreciado por el Presidente: no se habla con la derecha desde que el 11-M lo dedicó en exclusiva a quien no debía. Resulta estremecedor que en política antiterrorista se prescinda del principal partido de la oposición alegando desconfianza en su líder, convirtiendo así una cuestión de Estado en burda maniobra de política electoral.

domingo, febrero 12, 2006

Piazza di Spagna



Qué envidia, don Francisco. Embajador de España ante la Santa Sede, mi puesto siempre soñado. Mañanas con la Curia vaticana tomando café; tardes de chocolate y magdalenas con los Príncipes de la Iglesia; noches romanas en la Piazza di Spagna. Dice Zapatero que espera que su nombramiento pueda mejorar las relaciones con el Vaticano. Yo no me limito a esperar la mejora, porque estoy convencido de que empeorar las relaciones es imposible. Vamos, están mucho peor que cuando don Gonzalo Puente Ojea -azote de la Iglesia- abandonó la legación, después de montar en Roma una reedición del sacco (mira que nombrar embajador a un agnóstico y divorciado; eso sólo se le ocurría a González). Naturalmente que lo hará Ud. bien y que se desenvolverá allí como pez en el agua, que para algo es católico y además practicante. Lo malo van a ser los aprietos en los que le va a poner Su Santidad desde el momento en vaya a la ceremonia de la entrega de credenciales, porque este Papa está muy enterado de lo que pasa por estos lares y encima pregunta con enorme interés (que se lo digan a don Mariano Rajoy, sometido a un tercer grado durante la visita que cursó hace un mes).

Pero todo el mundo habla de su ida y nadie ha reparado en la vuelta de Dezcallar. Zapatero lo quiere ahora cerca para hablar mejor con ETA. No en balde mantendrá el obligado silencio sobre esas conversaciones que Zapatero ha impuesto, porque en el PP al Sr. Dezcallar se la tienen jurada desde que el 11-M lo dedicó a estar en contacto con el poder fáctico fácilmente reconocible. Como su homónimo Fernández Ordóñez, que cuando era ministro de UCD nada más terminar el Consejo llamaba al País a dar el parte. Pues nada, don Francisco, a disfrutar y sobre todo ora pro nobis, que lo de ora et labora no es precisamente del gusto zapateril.

miércoles, febrero 08, 2006

La carta


El pasado fin de semana se clausuró en Munich la 42ª Conferencia sobre Política de Seguridad. Este nuevo Davos de la política de seguridad ha puesto de manifiesto el acercamiento de Europa a la posición de los Estados Unidos en materia de seguridad exterior, posición liderada ahora por la canciller Merkel, que ha otorgado en su política exterior una evidente preeminencia al fortalecimiento de las relaciones transatlánticas, con el correlativo debilitamiento de las alianzas con Rusia.

El fortalecimiento de las relaciones alemanas con su aliado natural se ha demostrado con claridad en la posición conjunta adoptada por los ministros de Defensa de la OTAN respecto de la cuestión iraní, frente común que también se interpreta como seria advertencia a la política comprensiva de Putin para con Irán. Nadie confía en las promesas de Teherán sobre el destino meramente civil del uranio enriquecido y tampoco causan sorpresa las amenazas de Ahmadineyad si la cuestión se traslada al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Ante este continuo desafío, sorprende ahora el silencio de quienes proclaman que la legalidad internacional reside exclusivamente en la ONU. El recelo ante la inoperancia de los organismos que se autoproclaman como únicos internacionalmente legitimados para abordar conflictos se pretende suplir ahora con la fórmula creada por Merkel del <>, que pasa por convertir a la Alianza en el primer foro en el que los aliados deben discutir los conflictos mundiales.

España ha enviado a la Conferencia de Munich al director del gabinete del ministro Bono, representación de <> que contrasta con la presencia en la Conferencia de primeros ministros, ministros de defensa de países OTAN y altos mandatarios de Estados no miembros. Tal vez sea un reflejo más de la pérdida de protagonismo de España en el tablero internacional, con una política exterior desnortada, que a veces parece guiada por el más rancio antiamericanismo. Pero más daño hace la carta que Zapatero ha firmado con el turco Erdogan, personaje que no sería precisamente del gusto de Kemal Atatürk. En vez de convencer a Erdogan de la necesidad de cumplir con los requisitos impuestos para posibilitar el ingreso de Turquía en la Unión Europea, Zapatero se nos disfraza de Chamberlain cuando agita la carta como si se tratara de un nuevo Acuerdo de Munich, en un pre-conflicto en el que nuestro país, si se descuida, va camino de convertirse en los Sudetes. Por lo menos, la carta añade a ese difuso concepto de la alianza de las civilizaciones –¿reedición de la fracasada política de appeasement?- una nota de peligrosa restricción de derechos y libertades, cuando en vez de condenar la violencia se está dispuesto a tolerar excepciones a los principios y valores de Occidente.

miércoles, febrero 01, 2006

De sotanas y togas


No ha debido sentar muy bien la filtración del proyecto de Informe sobre modificaciones de la Constitución elaborado por el Consejo de Estado cuando desde el poder se ha intentado poner sordina a las conclusiones de un texto que supone un oasis en el actual desbarajuste jurídico al que se nos ha llevado con esa férrea voluntad de construir la casa por el tejado. Algunos han recibido con regocijo el consejo de un órgano que, sin tener carácter vinculante, sí tiene la fuerza moral derivada del indudable prestigio e independencia de sus componentes y su efectiva influencia doctrinal en el Tribunal Constitucional, institución de la que proceden algunos de sus más destacados miembros.

Quienes han intervenido en la elaboración del proyecto de Informe han puesto el dedo en la llaga de un enfermo cada vez más ulceroso al insistir en el mantenimiento del núcleo duro de las competencias del Estado ex art. 149, oponiéndose a este voluntario desarme de competencias estatales al que nos ha llevado una dadivosidad contraria al espíritu y la letra de la norma suprema. El blindaje competencial, impuesto por nacionalistas y aceptado por el Gobierno, supone reducir la capacidad normativa de éste a dictar unas bases que, por referirse a simples principios, conlleva la renuncia a dictar una legislación básica que preserve, entre otros, el principio constitucional de igualdad. Extraña paradoja la consistente en unificar el derecho a nivel comunitario y fragmentarlo en el nacional.

Tan mal han digerido las conclusiones del Consejo de Estado que algún vocero ha reprochado a la ilusionada oposición que siempre se esconda tras el <>. La frase no es muy ingeniosa pero pone de manifiesto la tradicional desconfianza frente a toda institución que no se controla. No hay semana sin ataque al Consejo General del Poder Judicial y a su Presidente, a quienes no se les quiere dejar opinar sobre el Estatuto catalán, cuando ahora cargan contra otras togas porque el Informe y sus conclusiones no les sirven de coartada para su arquitectura territorial de imposible equilibrio. En gran medida, la corrupción que les llevó en los noventa a la pérdida del poder fue debida a esa tenaz voluntad de prescindir de buenos consejos y de las instituciones de control, cuando destinaron las auditorías al pabellón auditivo del auditado.

Y por fin, las sotanas. Difícilmente se libra la Iglesia de comentarios despectivos de esta falsa progresía, aunque no logro entender esta inquina, acostumbrado como estoy a verlos colgados de imágenes sagradas y a visitar Roma cuando al pastor local le impusieron el capelo cardenalicio, que más perecía aquello San Telmo que San Pedro. Por lo menos no podrán nombrar curas de proximidad, que ya les gustaría.