miércoles, febrero 15, 2006

Destino soñado


Decía mi abuelo Alois –bávaro, católico y liberal- que Dios era infinitamente bueno, pero que su personal de tierra dejaba mucho que desear. Yo espero que la chanza del abuelo no incomode a mi querido cura Javierre, que es el santo al que yo me encomiendo cada vez que llega el vencimiento de esta letra a siete días vista que supone mi colaboración en EL MUNDO, pero visto el nombramiento de don Francisco Vázquez como nuevo Embajador de España ante la Santa Sede está claro que precisamente la incomodidad se ha convertido en un nuevo criterio de selección a la hora de designar embajadores políticos. No ha pasado desapercibido que en el nombramiento mucho ha tenido que ver su sistemática defensa de una idea de España que hoy se considera excesivamente ortodoxa frente a políticas de su propio partido que pretenden alterar el concepto de Nación como patria común e indivisible de todos los españoles, frase que resulta hoy molesta, pero que está en la Constitución y no puede ser anulada por pactos nocturnos.

Don Francisco ocupará el palacio de la Piazza di Spagna, lugar donde se encuentra la legación española ante la Santa Sede, justo enfrente de la conocida escalinata de Specchi, y pasará allí, alejado del mundanal ruido patrio, magníficas mañanas de café con curiales e inolvidables tardes de chocolate y magdalenas con los príncipes de la Iglesia. No puede imaginarse el afortunado Vázquez cómo le envidio, que tengo dicho que mi puesto soñado en la Administración del Estado no es otro que el que a él le ha tocado en suerte. Dice Zapatero que espera que Pacovázquez haga una buena labor diplomática al frente de la legación, cuando en realidad de quien depende el éxito de la misión es del propio Presidente y de que modere la política de radical laicismo que tanto enoja en Roma, reveladora de la férrea voluntad de dificultar las ya de por sí complejas relaciones Iglesia-Estado. En lo que dependa de don Francisco seguro que hará una formidable labor y que la próxima vez que vaya la Vicepresidenta al Vaticano a quejarse de la Cope, le recibirá, por los buenos oficios del Embajador, alguien de más rango que el curita -joven promesa de la Curia vaticana- que le atendió en su primera visita.

Pero de quien nadie habla es del cesado don Jorge Dezcallar. Algún rumor lo sitúa ya en las negociaciones con la banda terrorista. Cualidades no le faltan a quien dirigió el CNI y, además, cumple un requisito apreciado por el Presidente: no se habla con la derecha desde que el 11-M lo dedicó en exclusiva a quien no debía. Resulta estremecedor que en política antiterrorista se prescinda del principal partido de la oposición alegando desconfianza en su líder, convirtiendo así una cuestión de Estado en burda maniobra de política electoral.

1 comentario:

Lopera_in_the_nest dijo...

"As you know", mi sueño secreto es New York, el Instituto Cervantes por ejemplo. O Washington, seguro que hay un destino en el que puedo ser útil. Lo que pasa es que estoy seguro de que nunca lo conseguiré, y la razón es muy sencilla: A estos destinos va gente que pueda ser de utilidad y yo gastaría todo mi tiempo en aprender, hay tanto que aprender!. Hay tanta gente interesante con la que hablar, y sobre todo a la que escuchar. Ya digo, me quedaré en Sevilla, donde escondidos, casi desconocidos, existen seres humanos que enriquecen la vida con sus conocimientos, aquellos que hacen que la sorpresa de una nueva amistad merezca la pena seguir saliendo a la calle. Por lo tanto admirado "Eolo", sigamos manteniendo la esperanza.