viernes, diciembre 28, 2007

Muera la inteligencia

El Informe PISA es un estudio que se realiza entre escolares de distintos países miembros de la OCDE con el objeto de establecer su nivel de conocimientos. A este examen de quinceañeros se suman también voluntariamente regiones o comunidades autónomas deseosas de conocer cuáles son los resultados de su política educativa. Andalucía, otra vez, ha obtenido una muy mala calificación en el Informe 2006, situándose sus alumnos en los últimos puestos de los países OCDE en conocimientos de matemáticas, ciencias y en lectura. Nos estamos acostumbrando peligrosamente a buscar a Andalucía en la cola de cualquier lista, ya sea las que prepara la UE para medir el PIB comunitario o, en este caso, el nivel de conocimientos en determinadas materias.
Decía un chiste de la Codorniz que "cuando el monte se quema, algo suyo se quema, señor marqués" y creo que la evocación del chascarrillo es también ahora oportuna, aunque sea llevada a cuestión tan seria como la educación, pues no es menos cierto que cuando los alumnos suspenden, también suspenden las autoridades educativas autonómicas en la aplicación de una ´política` que no ha tenido otro color que el que ustedes conocen. El suspenso es, pues, general; a los alumnos y también a quienes han tenido en sus manos durante décadas el diseño de una política educativa que, en Andalucía, pese a tantas y tantas competencias estatutarias, brilla por su ausencia. Ciertamente, esas fantasmagóricas becas para evitar el absentismo y el fracaso escolar o esta repentina fiebre preelectoral por dotar a las escuelas de más ordenadores no pueden constituir per se política educativa; son sólo torpes medios, huérfanos de un fin concreto porque, reitero, el verdadero problema es la inexistencia de una política en materia de educación (y si hay alguien que mantenga su existencia deberá admitir que, a la vista de los resultados, no ha sido la correcta).
El problema es el más grave, porque la política educativa es, sin duda, la de mayor importancia para el futuro de un país. La comodidad y ceguera de las autoridades han creado una situación de esclerosis en nuestro sistema educativo –desde el colegio a la universidad- que se antoja ahora como ese tremendo alud que amenaza con devorar a las localidades del valle. Ante los pésimos resultados, el presidente del Gobierno ha afirmado que el problema está en "que hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo fruto del país que teníamos". Soy de la misma generación que Zapatero (no crean que no me produce rubor la coincidencia) y no puedo estar en mayor desacuerdo cuando se recurre por sistema a echar la culpa a los demás de los males que uno mismo se ha causado. Al final, la culpa del informe PISA y sus resultados va a ser de Millán Astray.

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