domingo, noviembre 23, 2008

Crisis




EUROSTAT es la oficina estadística de la Unión Europea. En su boletín de 29 de agosto de 2008 sobre el índice de desempleo en la eurozona coloca a España a la cabeza del paro en Europa, con un 11% de desempleo, 3.7 puntos más que la media comunitaria. España ha incrementado sustancialmente el paro, cuando la tendencia en Europa es, precisamente, la de creación de empleo (la media de desempleo en la UE 27 a julio de 2007 era de 7.1%, mientras que a julio de 2008 descendió tres décimas (6.8%). España es, además, el Estado miembro que más ha aumentado su tasa de desempleo en el último año: del 8.2% en agosto de 2007 se ha pasado al 11% actual (casi tres puntos más en un solo año). En ese mismo período, la tasa de paro se ha reducido en Polonia del 9.5% al 5.9%.

No son mejores los resultados si se atiende al paro femenino. En la EU 27 ha descendido la tasa de desempleo femenino del 7.7% al 7.2%. Sin embargo, España sigue siendo el país comunitario con mayor tasa de desempleo femenino, que además lo incrementa, en contra de la tendencia seguida por el resto de Estados miembros. Estamos ante un problema que la buena voluntad (o efecto maquillaje) de la legislación sobre igualdad no ha podido solucionar (y no hay mejor política social que la creación de empleo). En esta particular champions league del desempleo también se lleva España el principal trofeo en desempleo juvenil (menores de 25 años). La tasa europea está en el 14.6% (nueve décimas inferior al año pasado). España, sin embargo, la incrementa notablemente y deja la tasa de desempleo juvenil en el 24.8%, más de diez puntos por encima de la media europea.

Otro informe de EUROSTAT publicado también a finales del mes de agosto fija la tasa de inflación en la eurozona en el 3.8%; la de España, después de superar los cinco puntos en julio (5.1%), ha descendido al 4.9% al mes de agosto, algo más de un punto por encima de la media europea.

Hay quienes tienen una gran habilidad en imputar a terceros las causas de los males. La crisis, se afirma por algunos, responde a cuestiones exógenas, a motivos que escapan al poder de un Gobierno que se ve superado por circunstancias ajenas a su voluntad y fuera de su control. Otros, sin embargo, más realistas (y, me temo que más acertados) apuntan a la falta de previsión derivada de una política económica inexistente en el campo de las reformas estructurales. Se ha preferido vivir de las rentas antes que prepararse seriamente para una crisis que los expertos avanzan será larga y profunda. En Alemania llevan ya cuatro planes estructurales de choque para afrontarla (los programas Hartz); aquí, lo mejor que se le ha ocurrido a algunos es llamar antipatriotas a quienes denunciaban la situación. El debate económico lo ganó Solbes, sí, pero lo perdimos los españoles.

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